War Photographer (2001) - full transcript

Documentary about war photographer James Nachtwey, considered by many the greatest war photographer ever.

"Si tus fotos no son buenas,

no te has acercado lo suficiente."

FOT?GRAFO DE GUERRA

?I es un misterio.

No s?...

por qu? hace las cosas que hace.

Es muy solitario.

Creo que, a veces, hay que serlo

para ser tan bueno en el trabajo

y para dar tanto de uno mismo...

Es dif?cil repartir la atenci?n,



la emoci?n y la energ?a...

Hay que concentrarse
en una sola cosa.

Y ?l lo hace.

Esa es demasiado
gr?fica, sin emoci?n.

La de abajo est? mejor,

con la gente llorando al muerto.

Esta, en doble p?gina. - Bueno.

Transmite una
desolaci?n incre?ble.

Para compensar,
quedar?a bien ?sta,

este hombre
solo entre las ruinas.

Ir?a muy bien con el resto.

En Goma, la locura fue total

aquel mill?n de refugiados,

de los cuales murieron miles...



y no los pudieron enterrar.

Aquellas
monta?as de cad?veres...

Ah, s?,
las monta?as de cad?veres...

?Estupendo!
Aqu? est?n los cad?veres.

Bueno, de acuerdo.

Es estupenda.

?Ponemos esta?

La ampliamos.

Esta tambi?n, es estupenda.

La del cami?n
descargando cad?veres.

La ampliamos bastante.

?Se entiende

que esos cad?veres
no est?n en ?frica?

No se trata de cad?veres,

hay que ver la carretilla.

Da la impresi?n

de que es una serie sobre ?frica.

Mientras que su idea

es el horror en el mundo.

Un primer plano de la de arriba.

Y despu?s
la cabeza, que es estupenda.

Ahora vemos c?mo queda.

Coma... despu?s
de la ca?da del muro,

las guerras
ya no son entre pa?ses,

sino entre pueblos.

En lugar
de armas ultramodernas,

carabinas y machetes...

James Nachtwey,

el fot?grafo
de guerra m?s conocido,

ha sabido
retratar mejor que nadie

a las v?ctimas
de estos conflictos.

?Cu?ntas personas
han desaparecido

y cu?ntas
han sido asesinadas?

Doce.

?Podr?amos ir al pueblo?

?Ha llegado mi hijo!

?Oh, hijo m?o!

Mi decisi?n de ser fot?grafo...

fue la de ser fot?grafo de guerra.

Fue a principios
de la d?cada del 70,

durante la guerra de Vietnam.

Las im?genes
de Vietnam nos mostraban

lo que realmente ocurr?a all?.

Contradec?an
aquello que nos dec?an

los dirigentes
pol?ticos y militares.

Eran im?genes
directas, documentales,

una poderosa
denuncia contra la guerra

tan injusta y cruel,

simplemente
por mostrar lo que pasaba.

Aquellas fotos
me afectaron mucho.

Tom? la decisi?n
de consagrar mi vida

a seguir esa tradici?n.

Tard? mucho tiempo

en estar tan seguro de m? mismo

como para hacer este trabajo.

Antes de convencer a los dem?s,

tuve que
convencerme a m? mismo.

En 1980

me despert?
una noche y me di cuenta

de que ya lo
hab?a aprendido todo,

y que ten?a que intentar

ir a Nueva York
para ser fot?grafo,

fot?grafo de guerra.

Me sent?a dispuesto a hacerlo,

a partir hacia
las zonas en guerra.

Comenc? a
trabajar inmediatamente.

Era una ?poca
agitada y emocionante.

Sent? que era
testigo de la historia.

No desde un punto
de vista acad?mico,

ni a distancia,

sino lo que la gente normal

vive en el curso de la historia.

Fueron
experiencias emocionantes

que me llevaron a ser fot?grafo.

Era exactamente
lo que yo buscaba.

Adem?s, implicaba peligro,

ten?a algo de aventura,

ten?a que afrontar el peligro

y sentir la
emoci?n real de la gente.

Era un poco como en el teatro,

s?lo que yo
estaba en el escenario

y la pieza se iba escribiendo ah?.

Hab?a que
comprender, anticiparse

y conectarse emocionalmente

e intelectualmente
con los eventos

para poder seguirlos.

Tambi?n
tuve que aprender

a desarrollar
una visi?n personal y,

para poder
expresar mis sentimientos,

tuve que
empezar por conocerlos.

Gracias a
la fotograf?a, al encuadre,

aprend? a conocer el mundo

y a conocerme a m? mismo.

Tenemos m?scaras.

Es por el hedor.

No necesito m?scara.

Hay un centenar
de cad?veres dentro.

Dentro tambi?n est?n

los forenses y los antrop?logos,

que se van a presentar.

Les solicitamos
que pasen por aqu?.

El hedor es terrible, prep?rense.

Hay una habitaci?n con balazos,

pero, por favor,
no tomen fotos all?

porque todav?a
no est? disponible.

?Qu? prueban esos balazos?

Que aqu? hubo un tiroteo.

Dicen que cuentan las cabezas...

y un antrop?logo
les busca el cuerpo.

?Qu? hora es? De acuerdo.

?Tiene m?scara? - No necesito.

Es horrible.

Gracias. - T?mese su tiempo.

Llegu? al
periodismo de casualidad.

Eleg? esta profesi?n

porque pens? que era divertido...

ser corresponsal
en el extranjero...

viajar, ver mundo, participar...

Diablos...

Pero luego,
recibes ciertos encargos

que te hacen reflexionar

sobre lo que
est?s haciendo y por qu?.

Te hacen darte
cuenta de que todo eso

es serio e importante,

y que la manera

en la que t? cubres un evento

determina c?mo
lo ver? el mundo.

?Es mejor que
hagas las cosas bien!

Estoy convencida.

A?n hoy, la gente duda

incluso cuando
ve las fosas comunes.

Incluso as? siguen dudando.

?Alguien acaba de traer flores!

?Ah?, detr?s tuyo!

Les dije que mi
hermano era sordomudo.

Pero lo hicieron
bajarse del cami?n,

le quitaron el
dinero y lo mataron.

A mi otro hermano, le cortaron

el brazo con un cuchillo del pan.

A mi t?o
quisieron quitarle a su hijo

de los brazos,
pero ?l no lo solt?.

Entonces le
dispararon a la cabeza

y el ni?o cay? al suelo.

A m? me dieron dos minutos

y me pusieron
un arma en el cuello.

Quer?an dinero.

En la guerra,

los c?digos normales
de comportamiento

quedan suspendidos.

En la vida
"normal", es inimaginable

ir a casa de una familia

cuando llora a un ser querido,

y estar un buen
rato tomando fotos.

Nadie lo har?a.

Estas fotos pudieron hacerse

porque la gente me acepta.

Es sencillamente imposible

fotografiar momentos como esos

sin la complicidad de esa gente.

Sin que me reciban,

me acepten
y quieran que est? all?.

Se dan cuenta

de que ese
extranjero con la c?mara

le muestra
al mundo lo que les pasa.

Les da una voz

que de otra manera no tendr?an.

Saben que son v?ctima

de alg?n tipo de injusticia,

de una violencia innecesaria.

Dej?ndome fotografiarlos,

hacen un llamamiento
al mundo entero,

a nuestro sentido
del bien y del mal.

Yo intento
acerc?rmeles con respeto,

quiero que vean que los respeto,

y que respeto su situaci?n.

Intento moverme lentamente,

hablar en voz baja.

Me acerco a ellos abiertamente,

e intento ser abierto.

Quiero que lo noten.

Y, efectivamente, lo notan.

No hacen falta
demasiadas palabras.

Algunos fot?grafos de guerra

logran superar el horror

de todo lo que han visto y vivido,

el horror al que escaparon,

el ejemplo cl?sico ser?a Vietnam,

yendo al burdel
con los soldados,

o al bar a beber whisky con ellos.

Hay otros que
se vuelven c?nicos.

Jim no es c?nico en absoluto.

Es notable, pues la gran mayor?a

no ha visto tanta
miseria como ?l.

Es solitario, porque...

sus experiencias
lo alejan incluso

de sus colegas,
y de muchos otros.

Se ha convertido
en otra persona

por lo que ha vivido en 25 a?os.

La situaci?n m?s incomprensible

que viv? jam?s fue Ruanda.

No sabemos exactamente

cu?nta gente
muri? all?, se estima

que entre medio
mill?n y un mill?n.

Asesinados con
armas primitivas:

Garrotes, piedras, machetes,

frente a frente.

Fui testigo de algunas masacres

y no puedo entender
c?mo hay personas

capaces de
hacerse eso mutuamente.

?De d?nde sale
ese miedo, ese odio?

Va m?s all? de mi comprensi?n.

Es muy dif?cil superarlo.

Cuando los
hutu fueron vencidos,

cientos de miles
de ellos escaparon

a Tanzania y Zaire.

Una epidemia de c?lera arras?

con el campo
de refugiados de Goma.

Decenas de miles
de ellos murieron.

Me di cuenta de que

muchos de los
que all? fotografiaba

pod?an ser aquellos que hab?an

cometido
las masacres semanas antes.

Me parec?a

estar y?ndome
directo al infierno.

Mientras habl?bamos
de esos horrores,

para comprender
lo que hab?amos visto,

un infierno
de monta?as de cad?veres,

de gente muriendo, vomitando,

de filas interminables

frente a las
carpas de enfermer?a...

Jim no dec?a casi nada.

Dijo "hola",
habl? de organizaci?n,

y luego dijo: "Me voy a dormir".

Nosotros tuvimos
que tomar cerveza

para reponernos
de esas im?genes.

Jim hab?a tomado
un agua mineral o dos

y se hab?a ido
a acostar temprano

para salir solo
a la ma?ana siguiente.

Empec? un reportaje
sobre la pobreza,

que est? muy
extendida en Indonesia.

Reina una pobreza terrible.

Esa gente tiene trabajo, familia,

es un barrio de trabajadores.

Pero han ido a parar all?.

A lo largo de las v?as.

No son drogadictos,
ni antisociales,

trabajan y tienen familia.

Vinieron del campo,

buscando una vida mejor,

y ahora no pueden
pagar una vivienda.

Han hecho chozas
de pl?stico y madera

y all? no pagan alquiler.

Buenos
d?as. - Buenos d?as, se?or.

Buenos d?as.

Durante ese reportaje descubr?

un hombre con
una pierna y un brazo.

Lo hab?a atropellado un tren

siete a?os antes,
estando borracho.

Viv?a con su mujer y cuatro hijos

en la gravilla, entre las v?as.

Era muy cari?oso con sus hijos,

y ellos le correspond?an.

Hac?a lo que pod?a por su familia.

Pas? un cierto tiempo

documentando
la vida de esa familia.

Para m?,
los a?os 80 fueron los a?os

de mi mudanza a Nueva York.

Era la redactora gr?fica de GEO,

y hab?a trabajado
antes para SPIEGEL.

Ten?a la posibilidad

de trabajar para
STERN en Nueva York.

Era 1982.

Fue la primera vez

que Nachtwey trajo una carpeta

a la redacci?n de STERN.

As? comenz? nuestra amistad.

Nuestra historia de amor.

Ambos ten?amos

una idea muy
clara de lo que ten?a

que resultar de esa situaci?n.

Nachtwey quer?a
hacerse un nombre.

Era brillante,

determinado,

y sab?a
perfectamente lo que quer?a.

Su trayectoria estaba definida,

sin ninguna clase de serpenteo.

Era un camino recto,

claro, estrecho y pedregoso,

que ?l hab?a decidido tomar.

Muchas veces
hubiera querido tener

una relaci?n
m?s c?lida, m?s intensa.

Pero su trabajo era lo primero.

"Lo lograr?.

Con la fotograf?a,
con mis im?genes

lograr? convencer a la gente".

Nachtwey
regresaba de Nicaragua.

Estaba relajado, alegre.

Me hab?a tra?do
un collar de caracolas

que me puso al cuello,

y a m? me pareci? maravilloso.

Recuerdo
la primera vez que lo vi.

Peinado con raya, los vaqueros

planchados,
la camisa impecable.

En medio de todo
el polvo y del caos,

aquel hombre
que no hab?a visto antes

tomaba sus fotos. Con calma,

con mucha m?s
calma que los dem?s.

Cuando de pronto, a su lado,

su colega
sudafricano Ken Oostebroek

cay? muerto de un balazo.

Eso le ocurre
a ciertos periodistas:

A los principiantes, y a aquellos

que tienen
demasiada antig?edad,

y se creen a prueba de bala.

Jim ya corre el riesgo de creer

que es a prueba
de bala, y de querer

desafiar una vez
de m?s a la suerte.

Creo que ese
hombre tan reservado

necesita la emoci?n, la aventura,

la adrenalina y el miedo a morir

para sentirse realmente vivo.

Jim da lo mejor de s?

en las peores situaciones.

Sobrepasar los l?mites.

Eso es. Una y otra vez,

sobrepasar los l?mites.

Duro. Duro, duro, duro.

Con Nachtwey es dificil?simo

hablar de las
situaciones incre?bles

de las que ha salido.

Hay periodistas
que te vuelven loco

con sus relatos
sobre lo que vivieron.

A ?l hay que tirarle de la lengua.

Hay que pedirle
por favor que cuente.

No quiere que se
piense que presume,

que alardea.

Cada vez que
regresaba de un viaje

ten?a ganas de decirle:

"Cuenta, ?c?mo te fue?"

Pero no,
primero hab?a que revelar

y mirar las fotograf?as.

No s? qu? hace

con lo vivido,

pues incluso
todas las fotos que trae

no son sino una parte ?nfima

de todo lo que vio, sinti?, oli?

y escuch?...

Tiene su biblioteca personal

del sufrimiento en la cabeza.

"?Qu? se te
pasaba por la cabeza?

?No necesitas desahogarte?"

Muchos ni?os
trabajan en los vertederos

de las afueras de Yakarta.

En lugar de ir a la escuela,

pasan el d?a
hurgando en la basura.

El hedor es insoportable.

El suelo es una
especie de pantano.

Yo llevo botas de goma,

ellos llevan
sandalias de pl?stico.

Es incre?ble

que haya gente
que se ve obligada

a hacer eso para ganar

85 centavos de d?lar por d?a.

Investigu? la pobreza en un pa?s

cuyo auge econ?mico

fue celebrado
en los ?ltimos a?os.

Un peque?o
porcentaje de la poblaci?n

ha sacado provecho de ello.

Existe una inmensa

masa an?nima de personas

que vive en la
pobreza m?s absoluta.

Eso es lo que descubr?.

Me conmovi? much?simo,

me choc? casi

el nivel
sobrehumano de las emociones

que provoc?
la dimisi?n de Suharto.

Quise saber
qu? hab?a detr?s de ello,

qu? era lo que pod?a llevar

a semejante explosi?n emocional

a tanta gente.

Creo que
sintieron que se sacaban

de encima
el peso de la represi?n.

La esperanza
de cierta justicia social

y econ?mica
que se le hab?a negado

a tanta gente,
durante tanto tiempo.

?Angi? Hola,
soy Des. ?C?mo est?s?

Mi madre odia mi profesi?n.

Espera todo el tiempo la llamada:

"?Es Ud. La madre
de Des, etc. Etc.?"

Seg?n ella,
la guerra me persigue.

Llegu? a Indonesia y,

dos meses despu?s,
dimiti? Suharto.

El pa?s ard?a, murieron miles.

Me llam? y me dijo: "? Ves?

Apenas llegas
empieza el conflicto."

Es una profesi?n
muy competitiva.

Se venden
las im?genes m?s dram?ticas.

Muchos colegas

trabajan de
una manera muy brutal,

para estar seguros
de obtener lo peor

de lo peor
de lo peor. Nunca ayudan.

"Soy periodista.
No me concierne."

Yo creo que s?.
A muchos les alegrar?a

ver morir a ese hombre,

para conseguir esa imagen.

De alguna manera,

es una profesi?n enferma.

No s? por qu? lo hacemos.

?Qu? dice la radio?
?Todo en orden?

?Captas todas
las radios de Yakarta?

S?, todas. - ?No pasa
nada? Bueno.

Despu?s de los enfrentamientos

entre los
estudiantes y el ej?rcito,

Jim me llam?
un domingo, a las 10:

"Hay alg?n problema. Algo pasa.

Arde una iglesia,
y hay gente afuera

con sables y machetes...

Va a pasar algo."

Media hora m?s tarde,

capturaron a tres
hombres de Amboina

y los mataron ah? mismo,

cort?ndolos
en trozos con las espadas.

Estaban persiguiendo al cuarto

por las calles.

Jim acompa??
toda la persecuci?n.

Tiene fotos
en blanco y negro del tipo

perseguido
por la turba enloquecida,

con la sangre
brot?ndole de la cabeza.

Jugaban con ?l, tortur?ndolo,

como ni?os con un perrito.

Jim se puso
tres veces de rodillas

y les suplic?.

"?No hay motivo para matarlo!

?No porque es de Amboina!"

Lo asesinaron de todos modos.

?I les suplic?
20 minutos de rodillas:

"?Por favor, no lo maten!"

En situaciones tan repugnantes,

muchos colegas se retiran.

Por la propia
seguridad, pero tambi?n

porque instintivamente, piensan:

"No me concierne".

Jim siempre est? en el medio.

Se siente parte del asunto.

Sus fotos
lo demuestran. Por eso,

se puso de rodillas, entre ellos.

Algunos amigos
m?os tambien estaban.

Pero no al lado
del tipo que mataban,

sino sobre
un puente, o un edificio,

tomando fotos desde lejos.

Cuando la cosa
se pone personal,

ah? est? Jim.

Es muy importante

permanecer
centrado en uno mismo.

Porque tienes
que tomar muchas

decisiones
importantes, muy r?pido.

Tienes que mantener la calma,

no ser presa del p?nico.

Son cosas b?sicas,

que quiz? no valga
la pena mencionar.

Simplemente intento

enfocar,
previsualizar la situaci?n

que voy a tener que afrontar,

analizarla en mi mente.

Es bastante inconsciente,

esa forma
de prepararme mentalmente.

?Al? es grande!

Cada situaci?n es diferente.

Y cada una de ellas implica

empezar de cero otra vez.

El instinto juega
un papel importante,

pero tambi?n
el saber, la informaci?n.

Se logra
una comprensi?n intuitiva

de los eventos.

El miedo no es lo que importa.

Lo importante
es c?mo lo manejas.

Un corredor
tambi?n tiene dolores.

La cuesti?n es c?mo los maneja.

Nos podr?a pasar a todos.

Sabemos que esa
posibilidad existe

cada vez
que salimos, todos los d?as.

Sabemos a lo
que nos exponemos,

es parte del trabajo.

Lo sabemos
desde el principio.

Pero nadie se autocompadece,

pues es parte del asunto.

Creo que vas por buen camino.

Creo que las fotos
de Nachtwey tienen

la precisi?n
de un cirujano de guerra.

Detesta esa comparaci?n,

porque,
efectivamente, la gente dice:

"Ah, un cirujano...
una persona fr?a"

Est? un poco clara

para transmitir
todo el dramatismo.

Otra cosa que podr?a hacer

es iluminarla
alrededor de la cabeza.

S?, y quiz? esta parte tambi?n.

Cuando todo est? m?s oscuro,

deja esta parte tal como est?,

no tiene que estar m?s oscura.

Es muy riguroso en su trato

con la gente
y con las situaciones.

Esa forma de ser poco moderna,

anticuada,
es la que lo hace tambi?n

tan poco t?pico y tan fascinante.

Bueno. - Estoy
de acuerdo, gracias.

Buena suerte.

Queda
muy bien. - Muy buena idea.

Se ve mejor la destrucci?n.

?Se podr? mejorar el cielo?

Seguro.

Se ve muy bien...

pero yo har?a otra prueba,

resaltando m?s el cielo.

? Ves lo que te quiero decir?

El cielo lo cambia todo.

Me he pasado
la mitad de mi carrera

trabajando en ?frica.

En diferentes contextos.

Uno de ellos,

ciertamente
el m?s triste, tr?gico,

el m?s destructivo,
son las hambrunas.

Originalmente,
esas hambrunas eran

un producto de la guerra.

Son el instrumento m?s antiguo

de exterminio en masa.

Es muy primitivo...

...pero muy eficaz.

Para los lectores,
es importante saber

que esas
im?genes han sido tomadas

en los centros de alimentaci?n,

o sea,
a donde se ha enviado alimento.

No tomamos
fotograf?as de personas

que mueren
de hambre sin ayudarlas.

No les damos la espalda.

Resulta cada vez
m?s dif?cil conseguir

que se publique
sobre temas cr?ticos.

Es decir...

Nunca fue f?cil, pero ahora

se ha hecho mucho m?s dif?cil.

Nuestra sociedad
est? obsesionada

por los famosos y la moda.

Los anunciantes est?n hartos

de que sus
productos no se vendan

por estar cerca
de fotos de tragedias.

Afecta las ventas
de sus productos.

Mis fotos son para las masas

Yo no pretendo
que se las observe

como obras de arte.

Son una forma de comunicaci?n.

Cuando logro
algo con mi trabajo,

me alegro.

Pero siempre
queda tanto por hacer...

y nunca me he sentido realizado,

ni verdaderamente satisfecho.

Tampoco
utilizar?a la palabra "feliz",

porque siempre
he estado involucrado

en tragedias y desgracias ajenas.

Siento una satisfacci?n amarga

por haber
podido atraer la atenci?n

sobre los
problemas de esa gente.

Puede que haya
servido para algo...

...pero es como arena movediza.

?D?nde tomaste estas fotos?

En muchos sitios...

Los presos
encadenados, en Alabama,

y algunos
polic?as en Nueva Orleans,

otros en
Nueva York y Los ?ngeles.

Esta pared es
muy impresionante,

porque nos concierne:

Los Estados Unidos,
su brutalidad...

No s?lo hay
injusticia en otras partes

nosotros tambi?n
tenemos problemas.

Efectivamente.

?Se trabaja hasta
el ?ltimo minuto!

?Comienza
el espect?culo! 20 a?os...

?C?mo te sientes?

Dijiste que
estabas cansado.

Lo estoy.

Un poco
afectado por todo esto...

Pero tambi?n
feliz, quiero decir...

He hablado demasiado.

No tengo m?s que decir.

Me has apoyado todo el tiempo.

Cuando terminemos,

nos vamos a la sierra.

Nos conocimos
en el colegio en los 60.

?ramos j?venes,
nos sobraba energ?a,

y busc?bamos nuestro camino.

T? pasaste mucho tiempo...

Meses, ya lo sabes. - ?20 a?os!

Gan? por tercera vez

el premio "ICP Infinity Award",

cinco veces
el premio Robert Capa,

y muchas veces
"Picture of the Year".

Con ustedes: ?Jim Nachtwey!

Era joven,
sin experiencia, curioso,

quer?a vivir aventuras, viajar...

Con el correr de los a?os,

mi verdadera
meta se fue definiendo.

La gente que fotografiaba

se fue haciendo
m?s importante que...

que yo mismo.

Supongo que ?l cree que el bien

terminar? por vencer al mal.

Creo que es eso
lo que le da fuerzas

para seguir
haciendo lo que hace.

Su optimismo le impide

volverse c?nico.

Lo destruir?a
pensar que lo que hace

no servir? para nada,

que siempre habr? guerras.

Pienso que
el mayor conflicto para ?l

ser? dar con
el momento de abandonar.

No hay fot?grafos
de guerra ancianos.

Por buenas razones.

?Qu? har? si tiene la suerte

de sobrevivir
a los gajes del oficio?

Lo han herido
cuatro o cinco veces,

ha estado
gravemente enfermo

y ha sufrido
grandes traumas f?sicos.

?C?mo controla
usted sus emociones?

Tengo que hacerlo.

No tendr?a sentido llegar all?

y desmoronarme.

Canalizo
la emoci?n en mi trabajo.

Todo lo que siento: Rabia,

frustraci?n,
escepticismo, pesar...

intento canalizarlo en mis fotos.

El mayor
conflicto es lo que sacrific?

para llevar la vida que lleva.

Tener una familia,

un hogar estable y rom?ntico...

nunca pudo tenerlo.

Lo sacrific? todo por su trabajo.

Es cada vez m?s dif?cil

hacer que
se publiquen temas cr?ticos.

No im?genes
para eludir la realidad,

sino im?genes
que nos hagan verla.

Para sentirnos involucrados

en algo
m?s importante que nosotros.

La gente se siente involucrada.

Creo que, a menudo, los editores

subestiman a sus lectores.

Porque, al fin y al cabo,

creo que la
gente quiere enterarse

de las tragedias que ocurren,

o de cuando...

pasa algo
inaceptable en este mundo.

Y quieren que se reaccione.

Esa es mi opini?n.

"22 de mayo.
Estimado Sr. Nachtwey,

le? el art?culo
sobre la Flia. Sumarno

y ya no encuentro paz.

Me resulta
inconcebible la miseria

en la que vive esa familia.

Yo no tengo mucho, recibo

U$ S 396
de asistencia social al mes,

pero quisiera
enviar U$ S 20 al mes

a esas personas,
mientras pueda."

Tenemos que ver la realidad.

Y hacer algo.

Si no
lo hacemos nosotros, ?qui?n?

?Me gano acaso la vida

gracias
al sufrimiento de los dem?s?

?Han sido su
sufrimiento y su miseria

los art?fices de mi ?xito?

?Soy acaso una aprovechadora?

?Una vampiro
con c?mara de fotos?

?Por qu? fotografiar la guerra?

?Es acaso posible,

eliminar
un comportamiento humano

que ha existido desde siempre

gracias a la fotograf?a?

Dadas las proporciones,

suena rid?culo plantearlo.

Es precisamente eso lo que me motiva.

Para m?, la fuerza de la fotograf?a

est? en que llama a la humanidad.

Si la guerra niega la humanidad,

la fotograf?a podr?a concebirse

como algo opuesto a la guerra.

Es un ingrediente muy potente

en el ant?doto contra la guerra.

Cuando alguien asume el riesgo

de ir a la guerra para mostrarle

al resto del mundo qu? es lo que pasa,

est? tratando de negociar la paz.

Por eso, los se?ores de la guerra

no aprecian a los fot?grafos.

Aquello que se vive en el frente

es extremadamente inmediato.

No es la imagen en una revista,

a 16.000 kil?metros de distancia,

junto a un anuncio de relojes "Rolex".

Lo que ves es dolor sin paliativos,

injusticia y miseria.

Si todos pudieran ver por s? mismos,

por lo menos una vez, c?mo le deja

el f?sforo blanco la cara a un ni?o,

el inexpresable dolor

que causa un s?lo disparo,

o c?mo la esquirla de un ob?s

le arranca la pierna a una persona...

Si todos pudieran ver por s? mismos

el miedo y el pesar, solo una vez,

comprender?an que nada justifica

que eso le ocurra a una persona,

y mucho menos a miles.

Pero todo el mundo no puede ir,

y es por eso que van los fot?grafos,

para mostrar, para hacer

que lo que pasa all? llegue a su fin,

para llamar la atenci?n sobre ello.

Para crear im?genes impactantes que

contrarresten el efecto de los medios

y acaben con la indiferencia.

Para protestar y, con esa protesta,

hacer que otros tambi?n protesten.

?No les ocasiona problemas de salud?

A veces tosen durante el trabajo.

Pero Suhara les trae algo,

por ejemplo leche, con un pur? verde,

y todo vuelve a la normalidad.

?Gracias!

Lo peor es que, como fot?grafo,

me aprovecho de las desgracias ajenas.

Esa idea me persigue.

Todos los d?as. Porque s? que

si alg?n d?a dejo que mi carrera

sea m?s importante que mi compasi?n,

habr? vendido mi alma.

La ?nica manera de justificar mi papel

es respetando a aquellos que sufren.

La medida en la que lo logro,

es la medida en la que se me acepta,

y en la que yo mismo puedo aceptarme.